jueves, 8 de septiembre de 2011

My Road to Photography Part III


Mi padre solía llegar a casa con regalos que decepcionaban un poco porque eran para todos y para nadie. Un día trajo una cámara “Minolta” de 35 mm. Lo más sobresaliente de la cámara era que mi padre la usaba con miedo. No me di cuenta cuando mi padre tomó las fotos, pero cuando las trajo me sorprendí. No se parecían a ninguna de nuestras fotos anteriores. Eran blanco y negro pero parecían brillar más que las fotos a colores. Parecían haber capturado el calor del sol matutino y la alegría de desayunar hot cakes en domingo. Ver esas fotos era ver el mundo de un modo diferente, era robar el alma de las cosas. Quise usar la Minolta pero no sabía ni poner el rollo. Leí el manual en inglés y no entendí nada. Abandoné el proyecto de usarla porque tenía miedo. No sabía si podría repetir la magia de esas primeras fotos. El miedo de mi padre era a descomponer algo valioso, el mío era no poder crearlo. La Minolta era mi minotauro, usarla era mi laberinto. Pasarían años antes de que me decidiera a tomar la cámara y vencer todos mis monstruos. (Esta historia continuará.)

1 comentario:

  1. ¡Otro 10! ¡Me encantó!
    Bety (Por alguna razón que todavía no averiguo esta ancheta no me deja publicar como Yo Misma :S)

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