miércoles, 28 de septiembre de 2011

Con la luz a favor.


Cuando tienes la luz a tus espaldas, iluminando tu camino, puedes ver con claridad hacia donde vas, pero a algunos les molesta verte a la cara porque la luz golpea sus ojos. La luz no es para todos, aunque debería serlo porque basta mirar hacia el mismo lugar para que puedas ver tu propio camino.

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