jueves, 1 de septiembre de 2011

Mitos, leyendas y mitotes



Casi siempre pienso que la felicidad está sobrevalorada, igual que la democracia o la libertad.  De entrada porque es algo meramente subjetivo, intransferible y fugaz; finalmente porque es como la olla de oro al final del arcoiris:  que el trayecto hacia ella sea placentero o no depende enteramente de mí, pero no existe la certeza de llegar a algún lado.  Siendo así colecciono pequeños placeres que a veces se disfrazan como Ella: uno de ellos es leer.  Leer novelas, cuentos, historias que me dejan husmear en  mundos  que estan fuera de mi alcance temporal o definitivamente.  Podría decirse que soy "feliz" cuando me sumerjo completamente en las páginas de un libro y devoro letra por letra hasta que el placer termina...hasta el próximo libro.

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