martes, 23 de agosto de 2011

Vespa, Ciao!

Insectos voladores. A un conocido le decían la mosca, porque se despertaba, se tallaba los ojos y a chingar todo el día. Lo bueno es que los humanos, aunque somos una plaga, no tenemos alas. ¿Alguien recuerda el comercial de: Mis Alas que yo me doy? No sé si era a propósito, pero a mi siempre me dió la impresión de que los alas contenían mariguana. Total que los insectos molestos no solo son los que vuelan y hieren la piel del humano. Hay insectos de dos patas que andan por allí con su miseria, repartiendo problemas, todo porque su mamá no los amamantó y no fueron capaces de pagar un psiquiatra que los empastillara para ponerlos de buen humor. Así las cosas, aunque hace años en una playa de Vallarta, una avispa me hizo llorar de dolor y correr y gritar también, prefiero a los insectos voladores que a los de dos patas, sobre todo porque aplastar un insecto no es un delito y te puedes despedir de ellos sin pensar en la sanción. Vespa, Ciao!

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