jueves, 25 de agosto de 2011

El Insecticida

Estoy convencido que la violencia engendra más violencia. Alguien diría que es posible acabar con el narco si se da un gran manazo sobre la mesa y lanzas al ejercito a la calle. Yo creo que no. Creo que los muertos tienen hijos que quedarán huérfanos, que guardarán odio en sus corazones y cuando tengan la posibilidad expresarán ese odio a quien se ponga delante. No valdrá decirle "si no te cabe, no repartas". Para que la violencia acabe con la violencia, tendría que quedar un solo hombre de pie sobre la faz de la tierra. Si bien a los mosquitos no podemos hablarles, a los insectos de dos patas los puedes oír y hablar con ellos. Hacerles darse cuenta de que el problema es que están repitiendo el patrón de conducta al cual fueron sometidos. Hay que darles herramientas para romper ese molde que condiciona su alma. Hay que ayudarlos a salir de la ignorancia. Porque como he dicho antes, no puedes ayudara alguien que no quiere ser ayudado. Puedes poner el plato de comida sobre la mesa, pero no puedes hacerlo tragar a fuerza. Si los insectos que te rodean son tan necios como para creer que las cosas solo pueden ser a su modo y no quieren aprender, hay que dejarlos destruirse y en ese caso, lo procedente es darles el insecticida y dejar que se lo apliquen entre ellos. Lo malo es que mientras hacen eso tu tendremos que ir a vivir a otra parte.

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