Todos llevamos un camino recorrido a lo largo del cual hemos ido juntando las piezas de nuestro ser. Algunos tramos han sido sinuosos, otros rectos y de bajadita, todos interesantes y enriquecedores en retrospectiva. En algún punto de este camino podemos tener la fortuna de toparnos con alguien y decidir hacernos compañía en nuestro caminar. Entre dos se pueden construir puentes para cruzar obstáculos que de estar solo habría que rodear. Claro que para poder construir el famoso puente, a alguien le va a tocar hacer los planos y el otro tendrá que cargar las piedras, pero si se trabaja en equipo se pueden conseguir buenos resultados. No en vano se dice por allí que el matrimonio es un yugo tan pesado que para cargarlo hacen falta dos...
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