domingo, 6 de noviembre de 2011

Stop and Smell...The Roses?


Eso de ser planeadora compulsiva me ha enseñado varias lecciones. La mas importante es que rara vez algo sale como lo planeamos, y cuanto más importante más impredecible.  Primero no tenía idea de para qué rayos planear, y conforme fui viendo más claro lo que quería, el plan para obtenerlo se fue haciendo más intrincado.  Ahí fue cuando noté que el plan se estaba volviendo más importante que el fin, así que he decidido (por lo menos en los momentos de lucidez) que cuando un plan se vaya al caño, no queda otra que verle el lado positivo al traspié y relajarme, para--con la mente clara--poder idear otro fabuloso plan.

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