El cambio es permanente. Quien crea que ya está completo, que ya lo sabe todo, debería morir. En realidad ya está muerto, porque evitar cambiar es imposible. Cerrarse a la vida, a lo nuevo, al cambio, a la inmensidad, es absurdo y estúpido. Todo se va modificando lentamente y ese cambio es lo que mantiene la vida. Sin muerte, no hay vida. Sin deterioro, no hay mejora. Todo es un experimento y todos estamos en construcción, al menos mientras estamos...
Ya después, otros sabrán cuales fueron nuestros frutos y podrán aprovecharlos o desecharlos. Bienvenida la vida, bienvenido el cambio, bienvenido lo nuevo.
Construyamos!
Bienvenido mi cumpleaños que me acecha detrás del sábado.
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