viernes, 4 de noviembre de 2011

Let there be light!


En fin, que sólo queda creer en la ilusión, a la que algunos llaman fe.  Si Occam tenía razón, la explicación más simple es la correcta,  por lo tanto mi fe descansa en el supuesto de que todo es energía --en manifestaciones diversas y no necesariamente tangibles--- y está allí: en la cosquillita en el estómago que te dice que en efecto es así; que lo que hagamos en esta longitud de onda a la que llamamos Vida contribuirá a que nuestra energía se convierta en luz resplandeciente o se vaya perdiendo hasta sumirnos en la más profunda oscuridad. 

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