miércoles, 5 de octubre de 2011

Desde el otro asiento


Amo mi auto y amo conducir.  No solo hablo de un vehículo, sino de mi vida en general.  Por eso creo que una de mis misiones en la vida es aprender a ser pasajera.  Dejar que alguien más tome el mando, escoja la ruta y confiar.  Me ha costado bastante trabajo--metiche profesional como soy-- pero lo intento, todos los días.  A veces me sale, a veces me cuesta más.  La clave es que me he dado cuenta que cuando voy de pasajera y logro despegar los ojos del camino disfruto mucho lo que hay alrededor y de todas formas llego a mi destino.

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