viernes, 28 de octubre de 2011

Alea iacta est

La suerte y el azar parecen estar íntimamente ligados. Dicen que el mundo es de los que arriesgan. Yo no creo en el azar, creo en la suerte. Siempre confío en que Dios está conmigo y eso me ha permitido jugar a mi ritmo. ¡Dios está conmigo! Mi juego es siempre abierto, siempre honesto. Aunque  a veces me ganan los nervios, se que la suerte está echada.

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