Apoyo totalmente lo dicho por Betty, los humanos no somos más que changos engreídos, pseudo civilizados. Como un buen chango engreído, paso todo el día en una muy antinatural caja que me priva de los rayos solares. Como no puedo negar mi naturaleza animal, un tanto insectosa, imitando a una polilla me levanto por los aires y giro alrededor de la luz de mi caja, pensando que si me acerco a la luz, me acerco al sol y me acerco a la salida. Espero no morir en el intento como mis amigos insectos.
¡buenísima!
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