Hoy me encontré esta rendija por la que el sol se asomó. Dejé que me acariciara con sus rayos, sentí el calor en mi piel y luego siguió su camino. La sombra ocupó su lugar. Ahora tengo un poco de frío... Espero con ansias el momento de mañana en que el sol venga a entibiarme la piel otra vez.
Wow¡ que hermosa fotografía, no cabe duda que la Luz va contigo, donde quiera que vayas. Disfrútala porque el día es corto. Te amo hija mía ...y del Señor.
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